Cuando se cumplen seis meses de la invasión rusa de Ucrania, el Secretario General de la ONU mostró este miércoles su profunda preocupación por las violaciones y abusos de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario relacionadas con ese conflicto armado y por el hecho de que las hostilidades entre Rusia y Ucrania no muestran signos de terminar.
En una sesión del Consejo de Seguridad dedicada al mantenimiento de la paz y la seguridad en Ucrania, que coincidió con el 31º aniversario de la independencia de ese país y contó con la presencia de su presidente, Volodymyr Zelensky, vía videoconferencia, António Guterres recordó que durante el último medio año han muerto y resultado heridos miles de civiles.
Unas cifras que posteriormente detalló la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary Dicarlo, cuando cifró en 5614 muertos y 7946 heridos las víctimas civiles verificadas, según los registros recopilados por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
“El mundo ha sido testigo de graves violaciones del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario cometidas sin apenas rendir cuentas. Millones de ucranianos han perdido sus hogares y sus posesiones materiales, convirtiéndose en desplazados internos o refugiados”, indicó Guterres.
Nuevos focos de combate y protección de la central nuclear de Zaporiyia
A pesar de los avances en el frente humanitario, el titular de la ONU declaró que los combates en Ucrania “no muestran signos de terminar”, y que siguen apareciendo nuevas áreas potenciales de peligrosa intensificación.
Resaltó que hay “dos lugares han estado siempre presentes en mi mente – y en mis conversaciones en Ucrania – Zaporiyia y Olenivka” y mostró su inquietud por la situación de la central nuclear en el primer enclave.
“Las luces de alarma están encendidas. Cualquier acción que pueda poner en peligro la integridad física, la seguridad o la protección de la central nuclear es simplemente inaceptable. Cualquier escalada de la situación podría llevar a la autodestrucción. Hay que garantizar la seguridad de la central y restablecerla como infraestructura puramente civil”, reiteró.
Por su parte, el director general del OIEA, Rafael Grossi, anunció en Twitter que este miércoles se reunió en Estambul con altos cargos rusos para debatir una “inminente misión” a la planta nuclear ucraniana.
La llegada del invierno y los retos humanitarios que plantea
El Secretario General añadió que la próxima llegada del invierno en el hemisferio norte crecerán las necesidades humanitarias para millones de personas que precisarán asistencia y protección.
“A medida que esas necesidades se disparan, es imperativo que los actores humanitarios en Ucrania tengan un acceso seguro y sin obstáculos a todas las personas que requieren asistencia, sin importar dónde vivan”.
En este apartado, Dicarlo explicó que las necesidades humanitarias siguen aumentando rápidamente y que al menos 17,7 millones de personas, el 40% de la población ucraniana, necesitan asistencia y protección humanitaria, incluidos 3,3 millones de niños.
“El acceso humanitario es muy preocupante. Las carreteras están muy contaminadas con artefactos explosivos, lo que pone en peligro a los civiles e impide que lleguen los convoyes humanitarios”, expuso la alta funcionaria.
Más alimentos y fertilizantes a costes razonables, calmarán a los mercados
Con relación a su reciente visita a Ucrania y la supervisión de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, un acuerdo alcanzado entre ese país y Rusia, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, Guterres explicó que hay docenas de barcos entrando y saliendo de los puertos ucranianos, cargados hasta ahora con más de 720.000 toneladas métricas de granos y otros productos alimentarios.
Una imagen difícil de imaginar hace unas semanas y a la que el Secretario General calificó de “poderosa demostración de lo que se puede conseguir, incluso en los contextos más devastadores, cuando ponemos a las personas como prioridad”.
Seguidamente solicitó la cooperación de todos los gobiernos y del sector privado para permitir el acceso sin trabas a los mercados mundiales de los alimentos y fertilizantes rusos, que no están sujetos a sanciones.
“En 2022, hay suficientes alimentos en el mundo; el problema es su distribución desigual. Pero si no estabilizamos el mercado de los fertilizantes en 2022, simplemente no habrá suficientes alimentos en 2023”, advirtió.
Calificó de “fundamental” el hecho de conseguir que partan muchos más alimentos y fertilizantes de Ucrania y Rusia a costes razonables, una actuación que serviría “para seguir calmando los mercados de productos básicos y reducir los precios para los consumidores”.
Dicarlo destacó que la guerra ha afectado gravemente a la agricultura en Ucrania, dejando a miles de agricultores sin ingresos, destruyendo las instalaciones de almacenamiento de grano y agravando la inseguridad alimentaria entre los grupos vulnerables.
“Según el Programa Mundial de Alimentos el 20% de la población de Ucrania no tiene suficientes víveres. De acuerdo con las estimaciones del Programa Mundial de Alimentos, 345 millones de personas padecerán inseguridad alimentaria aguda o un alto riesgo de inseguridad alimentaria en 82 países con presencia operativa del Programa. Esto representa un aumento de 47 millones de personas con hambre aguda debido a los efectos de la guerra en Ucrania”, destacó.
Cuando la alternativa es comprar medicinas o combustible ante el invierno
Entre las múltiples reacciones a los seis meses del inicio de la guerra, la responsable de la Misión de Observación de los Derechos Humanos de la ONU en Ucrania, Matilda Bogner, destacó que desde el 24 de febrero se produjeron 327 casos de detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas (279 hombres, 47 mujeres y 1 niño) en el territorio controlado por las fuerzas armadas rusas y los grupos armados afiliados.
Por parte de las fuerzas del orden ucranianas documentó 39 detenciones arbitrarias (35 hombres y cuatro mujeres) en las que se habrían violado las garantías procesales y judiciales del derecho a la libertad, y otros 28 casos (24 hombres y cuatro mujeres) que pueden equivaler a una desaparición forzada.
“Muchas de estas víctimas, de ambos bandos, se han enfrentado a la tortura. Los seres humanos, sean quienes sean, deben ser tratados con dignidad”, advirtió.
Bognes destacó que la escalada del conflicto también ha afectado a los grupos más vulnerables de la sociedad.
“Nos encontramos con personas mayores, personas con discapacidad, cuyas casas han sido dañadas o destruidas, que no pueden permitirse alquilar una vivienda en zonas seguras, ni reparar los tejados, paredes y ventanas con sus pequeñas pensiones. Tienen que elegir entre comprar medicinas esenciales o combustibles duros para almacenar para el próximo invierno”, alertó.
Las conclusiones más recientes sobre la repercusión del ataque se presentarán en el próximo informe de la Misión que se publicará en septiembre.
Otros apoyos a los esfuerzos humanitarios en Ucrania
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos entregó más de 200 millones de dólares a los desplazados internos ucranianos, distribuyó más de 64.000 toneladas métricas de alimentos a la población y entregó dinero en efectivo a 11.000 familias en Moldavia que acogen a refugiados ucranianos.
“Seis meses de guerra han tenido un impacto devastador en la salud y la vida de los ucranianos, pero a pesar de los muchos desafíos, el sistema de salud ha logrado sobrevivir y prestar atención donde y cuando más se necesita”, afirmó el director general de la Organización Mundial de la Salud.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus explicó que la agencia ayudó en la entrega de más de 1300 toneladas métricas de suministros médicos críticos en coordinación con el Ministerio de Salud y sus asociados.
En lo que va de año, la Organización ayudó formar a más de 9000 trabajadores sanitarios en diversas áreas como operaciones de traumatología, exposición a sustancias químicas, epidemiología y diagnósticos de laboratorio.
También se imparte capacitación sobre la gestión del estrés de los trabajadores sanitarios y sobre cómo salvaguardar la salud mental de la población.